Música y baile en la salsa
Hoy hablar de salsa, engloba de forma generalizada una referencia tanto a un movimiento musical como a un baile social. Pero tanto en la música como en el baile al que se refiere coloquial y popularmente como salsa, existen influencias, orígenes y características muy diferenciadas entre Cuba y otros territorios del Caribe y las comunidades latinas en EEUU.
Historia del baile Casino
El Casino, baile social cubano de carácter popular y tradicional surgido a finales de 1950, ha trascendido sus fronteras como parte de un proceso de flujo cultural asociado al fenómeno mundial de la salsa e impulsado por la globalización.
El baile Casino categorizado comúnmente como “estilo de salsa cubana”, ha transitado desde el anonimato, la indiferencia y el no reconocimiento como expresión danzaria genuina, hasta su acreditación nacional y relevancia internacional.
Hoy, su práctica sigue muy ligada al movimiento salsero, tanto en fiestas privadas, clubes, salsotecas y salones de baile, como en las academias y en los espectáculos musicales presentados en los cabarets o en otros espacios teatrales.
Así la salsa forma parte de la cotidianidad cubana. Su impacto se recibe a través de los principales medios masivos de comunicación y las redes, como visitando cualquier lugar del mundo. Podemos visualizar entonces, que cuando de salsa se trata en la actualidad, estamos frente a un suceso global, una cultura mundializada.
Surgir de una mezcla musical
La música salsa ha sido clasificada por los expertos o sus productores, como movimiento sociocultural, género musical, una forma de hacer música o la “Crónica del Caribe urbano”. En esta se integraron sobre una base afrocubana y la clave del son cubano diferentes tradiciones musicales, latinoamericanas y caribeñas, como resultado de la confluencia interpretativa entre músicos de distintas nacionalidades, fundamentalmente puertorriqueños, venezolanos, colombianos, dominicanos, panameños, norteamericanos y cubanos.
Este potaje musical nace en las comunidades latinas de Nueva York, en el Spanish Harlem, conocido como “El Barrio”; término común en toda Latinoamérica que identifica el espacio comunitario, símbolo de identidad y de la cosmogonía de sus habitantes.
Este movimiento musical urbano se alimentó de los géneros músico-danzarios de un área cultural particular: América Latina y el Caribe. Aquí se desarrollaron elementos culturales que comparten raíces comunes, como la historia, la lengua y las artes, entre ellas la danza y la música.
Se produce primero un proceso de transculturación entre las culturas europeas, africanas e indoamericanas desde el siglo XV; para más tarde en el XX, continuar la fusión de estas expresiones entre los diferentes países de la región a partir de un intenso proceso migratorio, como consecuencia de las situaciones políticas, económicas y sociales acrecentadas en ese período histórico.
En los años 1920 Estados Unidos ya era una potencia mundial, con un alto desarrollo tecnológico y cultural, sobretodo del fonógrafo, la radio y el cine; razón por la cual fue el destino de muchos artistas cubanos (músicos, cantantes, bailarines) que eran contratados por las nacientes multinacionales. Igualmente existía una fuerte comunidad de emigrantes económicos en vías de alcanzar “el sueño americano”, principalmente boricuas. Es precisamente en este primer período migratorio que abarca hasta los años 50, donde comienza a gestarse el nuevo fenómeno.
Salsa: una marca comercial
Aunque esta nueva mezcla musical se fraguó a mediados de los años 60 de manera espontánea y diversa no es hasta 1975 que ‘salsa’ se consolida como nombre comercial con el estreno de una película así titulada que fue producida por la Fania Records, compañía discográfica fundada por Johnny Pacheco (músico y compositor dominicano) y Jerry Masucci (abogado americano-italiano) en Nueva York. Dotada de una gran infraestructura comercial y promocional propició la consolidación del fenómeno cultural y esta ciudad como la capital de la salsa.
El término salsa fue entonces motivo de extensos debates, sobre todo porque había sido utilizado con mucha anterioridad por músicos de envergadura para titular a sus producciones o temas, desde que en 1933 Ignacio Piñeiro lanzó su son Échale Salsita.
Igualmente, en los años 60 programas de radio y clubs de baile ya hacían referencia a y jugaban con la palabra salsa. La nominación alude a la mezcla de ingredientes para darle sabor a la comida, así mismo evoca metafóricamente la hibridación de géneros musicales de la llamada “música tropical” como el son, la rumba, la guajira, la plena, la bomba, el merengue, el vallenato, la samba y el tamborito. En el proceso de creación se advierte la influencia del jazz y el rock´n´roll, así como sus más cercanos antecedentes en el jazz afrocubano, la pachanga y el boogaloo.
Con el cada vez mayor éxito comercial aparecieron los detractores que colocaron en tela de juicio la existencia del fenómeno musical, tratando de argumentar que no tenía fisonomía propia. Debate alimentado por el estancamiento del hasta entonces fluido intercambio cultural de Cuba y sus músicos, con el resto del Caribe y EEUU a partir de 1962.
Fenómeno mundial y características territoriales
No obstante, luego de la integración de los músicos latinos jóvenes y viejos por la demanda del mercado y el público bailador, se produjo un boom internacional aproximadamente entre 1973 y 1980, liderado por las producciones de la Fania y por muchas orquestas y músicos que de forma independiente desarrollaron sus propuestas, siendo también muy aclamados por el gremio salsero. Las agrupaciones musicales se extendieron por el Caribe, América Latina y más tarde por el viejo y los otros continentes.
Posteriormente, en el proceso de difusión regional y global, la salsa ha ido asimilando también rasgos y elementos de las músicas locales, así como otros géneros músico-danzarios tradicionales del Caribe. Esto permitió determinadas particularidades según el país donde se interprete, pero manteniendo la esencia que identifica a este tipo de música.
El baile de la salsa
En el caso del baile vinculado a la salsa, ocurrió el mismo fenómeno de asimilación de los rasgos culturales tradicionales indentitarios de cada una de las localidades o países donde este se interprete. Porque el baile social, además de ser una forma de expresar sentimientos con el cuerpo en plena relación entre tiempo y espacio, permite el encadenamiento de movimientos y configuraciones expresivas a partir de su constante controversia con el ritmo, la melodía y los textos de la música. Por esa razón, en la actualidad existen diversos estilos de baile de salsa y tampoco una única forma que identifique la música salsa a nivel mundial.
Sin embargo, a la par del nuevo movimiento musical se desarrolló una forma de baile en pareja híbrido donde se advierten elementos expresivos como la gestualidad, formas de agarre y conducción de la pareja, diseños de giros y cargadas, así como movimientos acrobáticos propios del rock´n´roll, el swing, el mambo, el chachachá y el son urbano, entre otros.
El baile en línea
A estos factores hay que agregar la influencia del Ballroom dance, bailes de salón de modalidad deportiva o competitiva establecidos desde el siglo XX a nivel internacional. Me refiero a la reconocida “salsa en linea”, típica de los Estados Unidos, la cual presenta dos estilos centrales: Nueva York y Los Ángeles. Posteriormente han aparecido variantes como el “Mambo” y el “Paladio”, promovidos por bailarines y profesores de prestigio en el gremio salsero a partir de su creatividad, metodología o espectacularidad ejecutiva.
La salsa en línea se caracteriza por la realización de los pasos y figuras de la pareja en un diseño espacial fijo sobre una línea recta imaginaria. Esta sirve de guía para marcar igualmente el paso básico moviendo los pies de forma alternada hacia delante y detrás y delimita el espacio para el intercambio de posición de la pareja conocido como Cross Body Lead.
Es un baile de considerable elaboración técnica, pues además de su estilizada gestualidad corporal (posición de cuerpo erguido, brazos que se estiran en varias direcciones, formas de mover y tocar el cabello, gestos de la cabeza), se baila a alta velocidad, contiene constantes giros rápidos realizados principalmente por la mujer en los niveles bajo y medio, pausas de movimientos, así como acciones acrobáticas que requieren de gran destreza para ambos bailadores.
El guía es el hombre, pero la mujer es la que alcanza mayor lucidez en la ejecución. Esta modalidad de baile de salón en general tiene una proyección espectacular. Las diferencias entre los estilos estadounidense están dadas básicamente por la forma de comenzar a marcar el paso por el guía (con el pie izquierdo hacia delante o detrás), por la velocidad que alcanza la ejecución danzaria (más lenta o más rápida), y por la manera de acentuar el tiempo de la música con relación al paso (1ra o 2da corchea del compás), llamados On 1 o On 2.
Variantes de la salsa en línea
Otros estilos de baile de salsa reconocidos internacionalmente son el puertorriqueño, el dominicano y el venezolano, que, aunque se pueden clasificar como lineales, son más libres y menos vertiginosos que los estadounidenses. En el caso de venezolano se resalta el carácter erótico entre los bailarines y la inclusión de muchos giros entre la pareja.
La “salsa caleña”, de Cali, Colombia, es un estilo bien particular, de muy difícil ejecución, no solo por la rapidez del tiempo en que se realiza, sino también por la cantidad de figuras acrobáticas que la integran. Es reconocible su diferencia con el resto de las modalidades salseras, por la utilización de movimientos veloces de piernas con una ligereza sorprendente, ya sea de manera improvisada de parejas, en solos, o con frases coreográficas elaboradas. Frecuentemente la pareja se toma por ambas manos al frente para tener más espacio entre uno y otro, facilitando así la agilidad de los pasos sin tropiezos.
Por su alta complejidad es poco bailada en Europa y otros países del mundo, sin embargo, es en este país donde probablemente se produzca más salsa en la actualidad. Cali se le reconoce hoy como “La Capital de la Salsa”, aquí tienen lugar todos los años el “Campeonato Mundial de Salsa de Cali”, en el marco del Festival Mundial de Salsa de este territorio.
El baile cubano del Casino
Por su parte el Casino, que ha sido bautizado y es reconocido globalmente como el estilo de “baile de salsa cubana”, posee diferencias muy palpables con el lineal tanto en origen como en su principal característica danzaria.
Al contrario del resto de las modalidades del baile de la salsa (en línea) se ejecuta en diseños espaciales circulares.
El Casino fue creado de forma espontánea y anónima por el pueblo para su propio disfrute y complacencia, desde la mezcla de pasos, variantes y figuras de toda una cadena de bailes de salón cubanos que le antecedieron, desde el siglo XIX hasta la década del 50 del XX; pero fueron el son urbano habanero y el chachachá sus platos fuertes.
El planteamiento circular del Casino es consecuencia directa de sus principales fuentes, los bailes populares cubanos y muy visible en la figura del intercambio de la posición de la pareja denominado ‘dile que no’.
El Casino es en cierta manera una dinamización del son habanero, iniciada también por las influencias del jive y rock´n´roll, bailes de moda en esa época. También en la música salsa esta influencia y dinamización se hace notar en en las orquestaciones y una creciente electrificación de los instrumentos.
Origen del baile
El Casino adquiere su nombre por uno de los espacios de mayor afluencia de público bailador a finales del 50: el Club Casino Deportivo de La Habana, hoy “Círculo Social Obrero Cristino Naranjo” (Calle 1ra, entre 8 y 10) del municipio Playa. Aquí como algunos de los lugares dedicados al baile social, se encuentra una pista circular que propició en el proceso de creación danzaria espontánea e improvisada, la utilización del diseño circular para un baile con varias parejas, como una forma de juego competitivo entre las parejas para divertirse.
Luego de prender en el gusto de los casineros, se corrió la voz por el resto de los clubes náuticos del litoral habanero de “vamos a bailar en rueda como en el Casino”, quedando finalmente como la “Rueda del Casino” o el Casino. Más tarde se extendió como pólvora por las sociedades de la capital y finalmente, a través de la televisión y otros medios al resto del país. Con el pasar de los años la costumbre se convirtió en hábito y terminó como una ferviente tradición.
Las Ruedas de Casino
Así en los primeros años de su creación el Casino se bailó en la rueda improvisada y dirigida por un líder, caracterizado por ser un probado casinero. Más tarde se organizaba y se ensayaba con anterioridad entre círculos de amigos y familiares, surgiendo así ruedas famosas, como las de “el Oso”, “los Jimaguas” o la de “Rosendo”. Por esta razón fundamentalmente se crearon nombres para las figuras y “pasillos”, para ser entendidas cuando fueran “cantadas” por el guía de manera espontánea. Después, se comienza a realizar como baile de parejas independientes y, por último, en la doble hilera.
La música y el casino
Es una regularidad histórica el que cada género musical bailable le corresponda un homólogo danzario. Pero no sucedió así con el Casino, realmente este ha acompañado desde sus inicios hasta hoy a todo tipo de géneros, intergéneros, modalidades y formas musicales diversas que han estado de moda en el país, incluso a muchos que no son de creación nacional. Entre ellos se destacan el son urbano, la guaracha, la pachanga, el songo, el changüí 68, la ranchera-son, la conga-son, el palo-son, la timba y el pop latino.
El redescubrimiento en los 80
Hasta los primeros años de la década del 80, en Cuba no se sabía de la existencia de la salsa, como tampoco en el mundo se conocía el baile Casino o géneros musicales cubanos que fueron creados después del 59. Entre otras causas por el estancamiento en la difusión de nuestra música fuera del país. Luego de varios acontecimientos socioculturales internos, comenzó un fructífero movimiento cultural con las posibilidades de reanudar las giras internacionales de los artistas y profesionales, produciéndose nuevos intercambios entre las orquestas del patio que volvieron a conquistar el prestigio de la calidad de la música popular cubana.
Igualmente comenzó con el Casino un proceso de promoción y valorización a nivel nacional y mundial. Se introdujo su enseñanza dentro del Sistema Nacional de Enseñanza Artística. Se conformaron cursos para extranjeros ofrecidos por las Escuelas de Danza, el Instituto Superior de Arte y en las sedes de agrupaciones danzarias profesionales. El baile formó parte de los espectáculos artísticos para turistas y de giras internacionales de estas compañías.
La enseñanza y la academia
La impartición de cursos en virtud de convenios de colaboración o intercambios culturales con otros países y la enseñanza profesional de cubanos residentes en el extranjero, que crearon sus propias academias de baile.
Son varios los motivos que marcan el interés por aprenderlo, pero los más atractivos se enfocan en sus propias peculiaridades expresivas: los movimientos corporales son naturales sin una perspectiva espectacular, que se centran en el contoneo de las caderas en contraposición con el torso y la vibración de los hombros; estabilidad en la velocidad de la ejecución con respecto al ritmo de la música; marcación del acento del paso con la música en 3 variantes (1ra, 2da o 3ra corchea del compás); variedad de figuras y vueltas establecidas, con la posibilidad de crear otras propias; acercamiento interpersonal en la relación de la pareja; desplazamiento continuo en forma circular con cambios de dirección; diferentes formas de agarre entre los pares, tanto en posición de baile social abierto como cerrado; protagonismo del hombre y lucimiento en la mujer; y distintas posibilidades de disposiciones espaciales para disfrutarlo: de parejas independientes, en la rueda, en líneas paralelas y de manera individual a partir de frases improvisadas.
Ha existido la participación de bailarines y profesores en competencias, cursos y espectáculos desalsa en diversos países del orbe. Igualmente, en Cuba se crearon programas televisivos como “Para Bailar” y “Para bailar casino” e importantes festivales internacionales que han servido para la difusión del género como Baila en Cuba o el Festival de la Salsa
El baile Casino hoy
En la actualidad, el Casino disfruta de excelente salud pues disputa su preferencia entre los diferentes estilos de bailes que acompañan a la salsa y otros géneros de música caribeña y latinoamericana en el mundo.
El Casino ha alcanzado un índice alto de desarrollo expresivo e interpretativo a partir de un continuo proceso de asimilación, negación, renovación y cambio progresivo hacia nuevas creaciones al pasar de una generación a otra por más de siete décadas de bailadores.
Este hecho, junto a la posibilidad de que su paso básico y figuras puedan ser reajustadas a diferentes formas musicales que sus ritmos lo permitan, es lo que ha propiciado su durabilidad como género bailable en el tiempo. Asi los bailadores de casino cubanos hoy, tanto los que residen en Cuba como en el extranjero, utilizan el baile Casino para interpretar la salsa y muchos otros géneros musicales, hasta los más contemporáneos.